Por Yania Salazar
A través del tiempo la concepción del amor sigue con su misma esencia, los que cambian son los seres. El erotismo por la sucesión de cambios en el ambiente se ha conducido al auge hormonal, para el año 2000 las jóvenes tenían su menstruación a más temprana edad (de 10 a 12 años) y se cree que el deseo sexual despierta hacia los 10 años en el niño, pero aún sus gónadas no producirán espermatozoides hasta los 13 años. Es de salud pública el problema de los embarazos en adolescentes, pero es potestad de las entidades de salud aplicar los sistemas de promoción y prevención. La inmadurez se combate con conocimiento, con educación, los mismos tutores del menor son responsables de dirigir la conducta sexual que su hijo o hija ejercerán en un futuro.