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miércoles, 13 de febrero de 2019

Pastillitas de colores

Por Veytor

Si no sabemos qué es la vida tampoco podemos saber qué es la muerte.

- No importa, córrete dentro - dijo le acaricié los pezones y en el último momento trate de lograr la máxima penetración, sentí adentro como mi pene inyectaba el liquido seminal, me causo duda sobre si ella sentiría algo, soluciono mi duda cuando giro para mirar y decirme - terminaste? - me retiré un poco enfadado porque era claro que ella no había llegado a tener un orgasmo, pese a que estábamos muy excitados y usamos a lo menos una hora. ella se incorporó y comenzó a peinarse, yo fui al baño y allá me asalto la duda. "Estás cuidándote ¿cierto?" a lo que ella contesto con un -no- entonces regresé rápido para confrontarla "No pretenderás embarazarte?" le pregunté y ella me llamo a sentarme a su lado, desde allí pude ver que había sacado una cajita del cajón de la mesa de noche y contenía muchas pastillas de diversos colores - toma una - me ordeno, tomé una azul y me la arrebato y se la puso en la boca y la trago, luego me dijo - en unos meses sabremos - Y entonces comprendí a qué jugaba, muchas de esas pastillas eran tan inofensivas como un caramelo, pero otras en cambio eran píldoras para que la concepción no surta. Me enfadé con ella por creer jugaba con el destino no solo de uno como hombre sino de una criatura. Era un método cruel de selección, ya vistiéndome para irme, le di un beso y pensé en devolverle su ración de intriga también a ella " sabes que quizá yo sea estéril" ella casi gritando para que yo oyera desde el pasillo dijo "sabes que no eres el único que me coje"       

martes, 12 de febrero de 2019

Ropa y Ropero

Por Veytor

Le pareció divertido entrar al almacén y hacer que una de las vendedoras le indicará la ropa de moda, levanté las cejas tratando de entenderla y compadeciendo a la nena que nos atendió, pero ella también sintió lastima por mi y me ofreció un rincón para sentarme y leer algo. Ella reía y se media una y otra prenda y hasta más de una vez se asomaba para que yo le diera mi opinión, yo la animaba diciéndole lo bien que le quedaba cada prenda pero le invitaba a escoger otro color, ya aburrido y cuando estaba por entrar al vestidor a ver si había terminado la vendedora llega con una taza de café y chocamos, el café caliente me cae en la pierna y ella comprendiendo la urgencia no sabe qué hacer y con un trapo me trata de secar disculpándose y su cara sonrojada a más no poder de la vergüenza. Ella me soba la mancha y a la vez sopla para que se enfrié, pero esto solo causaba en mi una excitación que estaba provocando en mi una erección, mi novia ajena al incidente seguía hablando sola y en un momento dijo desde el vestidor - Ahora me voy a probar la ropa para dormir - Mientras yo tranquilizaba a la vendedora y le decía que no era suya la culpa, ella me invitó a ir a el vestidor de hombres y comprobar si me había quemado la pierna con el café, me facilitó una toalla y me siguió, entré al vestidor y corrí la cortina adivinando la vendedora se había quedado afuera expectante de lo que yo dijera, tuve problemas para bajar el pantalón, mi pene estaba erecto y solo comprobé que fuera de tener un poco rojo el muslo no había nada que temer, eso lo dije en voz alta para tranquilizar a la vendedora, pero ella no contenta entró como impulsada por un resorte, me desabrocho el pantalón e ingreso una mano ágil hasta atrapar mi pene entre sus manos ¡estaba loca!. Me tomo tan de sorpresa su acción que no pude menos que preguntar - es en serio ?- A pocos metros de donde mi novia se divertía probándose ropa estaba yo con una chica que me abordaba por pura culpa quizá con intención de que le perdonará por el accidente, quizá veía en riesgo su empleo, pero no contenta con tomar entre sus manos mi pene, hizo una seña de guardar silencio y atrapo con su boca mi pene y comenzó a chupar y mientras yo me estaba excitando a tal punto de que mi pene saltaba expeliendo líquidos lubricantes que la chica se apuraba a capturar con su lengua, me devolvía una mirada y luego seguía con dedicación  su tarea, lo que me éxito de verás fue cuando se recogió el cabello haciéndose una moña dispuesta a todo, no me permitió tocar su cabeza, y ella se estaba al igual aplicando una mano sobre su sexo y esto era en definitiva demasiado para mí, le traté de avisar sobre qué me iba a correr y ella aceleró su vaivén y su lengua se puso erecta dispuesta a palpar el liquido viscoso que se proyectaba, y no contenta con ello alzó su falda y ofreció su sexo para aprovechar mi máxima erección, y fue cuando la voz de mi novia se escucho clara en frente del vestidor donde estábamos ¡nos había descubierto!. Continuará...