Por MaLeV
El amor es una ilusión.
Mané nuestra compañera de curso nos indico la nota que le había pasado el Profesor cuando entrego el exámen, celebramos que ella lo tuviera comiendo de la palma de su mano, pero ella sonrojada nos reveló que él quería una cita; lo que pasaba era que ella desconfiaba de las intenciones reales del Profesor, así que juntas ideamos un plan para que al asistir a la cita le pudiéramos cuidar las espaldas, fue el día y la hora señalada cuando nos reunimos en la cafetería unos minutos antes de la cita, llevando ropas, sombreros y gafas oscuras, establecimos unas señas claves para que en último caso interviniéramos fingiendo un encuentro casual. Llegada la hora el Profesor apareció, saludo muy amigable a nuestra amiga, le tomo la mano y juntos ordenaron un café, ella sonreía divertida y de vez en cuando nos lanzaba una mirada discreta. Pensamos la cita iba a terminar allí y en eso, el Profesor paga la cuenta y en una acción rápida los dos se marchan, esto no hacía parte del plan y nos vimos en la tarea de pagar también la cuenta y salir corriendo, éramos cuatro para dos y sin embargo al salir del café no hallamos rastro, en eso un mensaje entra a mi móvil, era Mané que en una escritura difícil enviaba un mensaje - ruta 1 6 curs- Vimos la parada de buses y en efecto por allí debería pasar la ruta, pero no sabíamos lo que significaba el 6 y el término curs, sería "curso", pero estuvimos de acuerdo en tomar la ruta y pensar en el trayecto, no fue hasta que el bus llego cuando a mí se me ocurrió que la palabra correcta era cuadras y el número significaba la cantidad. Contamos juiciosas 1,2,3,4,5 y 6 cuadras y nos bajamos, el lugar lo ocupaba un gran lavadero de autos y los tipos que allí estaban comenzaron a silbar y a gritar sandeces, tuvimos sin embargo que a ellos preguntar en dónde estábamos, "es una área de moteles" dijo con picardía uno de ellos y señalo un edificio blanco. Nos dirigimos hacia allá cuando mi móvil nuevamente timbró, una voz entre cortada dijo antes de colgar - habitación 3, entramos al edificio y un chico nos saludo, creo pensó éramos trabajadoras sexuales porque insistió en que nadie había llegado "excepto", la única habitación ocupada era la número 3, y no teníamos el tiempo para ponerlos a explicar al joven cuál era nuestro propósito, reunimos unos billetes y alquilamos la habitación 4, y aunque hicimos todo el silencio posible nuestras zapatillas hacían mucho ruido, el lugar estaba vacío, tan pronto entramos pusimos atención por si se escuchaba algo y en efecto, la pared solo era de madera muy delgada y por tanto se escuchaba con claridad. Era la voz del Profesor que al parecer había cambiado y ahora trataba a nuestra amiga como a una mujerzuela, no lo resistí, estaba dispuesta a ir hasta la puerta de la habitación y llamar, cuando la voz de mi amiga se escucho en un tono también grotesco y grosero, y luego risas, ¿acaso estaban jugando?. Me controlé, y más viendo cuando salí que el corredor era un río de gente semi desnuda que iba y venía desde todas partes. El olor era desagradable, el silencio había sido alterado por el ruido de afuera, música y gritos y gemidos que a nuestra consideración eran exagerados. De repente una de nuestras amigas nos llamo a prisa, pensamos le había sucedido algo, pero lo adivinamos cuando indicaba la pared, había un agujero desde donde se miraba lo que ocurría al otro lado, así que tomé posición y me enteré que el Profesor se había quitado la camisa y exhibía su pecho, Mané había hecho lo mismo y revelaba sus senos, luego uno y otro se quitaron el resto de la ropa, mis amigas reclamaron les relatara los pormenores, y solo precisé -están desnudos- Volví a espiar y la pareja se besaba apasionadamente, oía que se susurraban entre beso y beso cumplidos, y de repente el Profesor tomo algo de la mesa lo que me pareció un condón y se lo colocó, mientras nuestra amiga se arrinconaba, por lo que sabíamos Mané era virgen y quizá estaba asustada, me acomodé de tal forma que pudiera ver más y de repente una de nuestras amigas arranca a gritar, la escena tanto de este lado como del otro del agujero se detuvo, yo quería saber qué había pasado, pero lo supe viendo que por la pared se había descolgado una salamandra y cayo y se enredo en el pelo de una de mis amigas, la pobre chica gritaba del susto y se revolvía su cabellera, estábamos expuestas. ¡hasta aquí había llegado todo! ¿o será qué no? lo veremos...