Por MALEV
En el buzón del correo esta la notificación, dice sencillamente que ahora soy libre, que por fin me he liberado del aprobioso matrimonio, para celebrar el acontecimiento voy y empaco en un saco todo lo que pueda recordarme que tuve algo con ese alguien, incluyò asi: zapatos, retratos y hasta la cinta de video de la ceremonia y fiesta, por supuesto que me deshago de las misivas y hasta el acta firmada y aquella figurita recuerdo del pastel que es una parejita vestida elegantemente tomada de la mano y simbolizando la unión eterna. En la cocina me he servido una copa de vino blanco que alzó en son de brindis contra un espejo y digo ¡salud!. Mis amigas dicen que me he convertido en una feminista convencida, mis amigos dicen que solo soy la perfecta víctima de un sistema que aliena y explota, lo que yo sé es que hoy me iré a la cama más tranquila sin tener la obligación de complacer ni ver feliz a nadie más que a mí misma.