Por Aleyda Escobar
La disyuntiva es a dónde nos lleva el abuso del placer, creo que a pensar que hay que alivianar las cargas sin culpa.
La química hormonal humana parece una trampa, en medio de tanta corpulencia existe una debilidad siniestra que obliga al organismo a enfrentar sus miedos, la evolución de la energía y su administración someten al individuo a afrontar procesos que ni siquiera él es capaz de denominar.
el ser parece un instrumento de la existencia.
Qué se puede hacer? Simple nivelar las cargas, extrapolar los vicios y por sobre todo emular un marco de felicidad certera siempre, no anhelando sino suprimiendo nuevos deseos.