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miércoles, 10 de julio de 2019

Brote Psicótico

Por Veytor

El amor se parece a la guerra en la víctimas.

Ella había comprado su tíquete directo, yo iba bajando ya del bus cuando me llamo por el hombro - Dónde te quedas? - Le dije que en la ciudad tenía unos amigos, ella dijo que siempre había querido conocer la ciudad, le convidé a quedarse, así se perdiera el dinero, la aventura lo valía, bajó conmigo y reclamó su equipaje e incluso sintió lastima de una mujer y le obsequio el puesto, el Conductor se molestó pero ella lo persuadió, la mujer viajó sin pagar. Le felicité por esa acción, veníamos de hacer acción social y lo seguíamos haciendo. Conquistamos una loma y entramos a un barrio muy bonito, alumbrado con faroles y con un paisaje hermoso, nos perdimos entre las casa de idéntica fachada y tuvimos que ir y volver una y otra vez para darnos cuenta que siempre estuvimos allí. La casa era grande y cálida, presenté a mi compañera como una colega de trabajo y noté que no esperaban que yo viniera con compañía, hicimos tiempo mientras el sueño reinaba, nos ofrecieron comida y pasa bocas y luego unos tragos mientras conversábamos, nos despedimos y nos fuimos a dormir, y en cierto modo la casa era grande pero esta vez nos dimos cuenta que no habían todas las comodidades, solo habían una cuantas cobijas y unas esteras en el piso, ella se formo la idea de que mis amigos eran unos exploradores - hasta quizá duerman en hamacas - dijo. Me acosté a dormir y cubrí mi cabeza, ella se quedo despierta, y al filo de la noche escucho su respiración agitada y su llanto, me despierto entre la oscuridad, le llamo pero ella no responde, voy hasta su lugar y la muevo, tiene una pesadilla, de repente grita y da puños al aire, uno de ellos me golpea, esta como loca, le exijo reaccione, se incorpora y aún ataca, escucho que en la habitación adyacente se levantan asustados y llaman desde afuera - ¿sucede algo? - sin abrir la puerta le convido a tranquilizarse solo fue una pesadilla, pero ella aunque ha callado tiene sus ojos inyectados de sangre y su pelo alborotado, le ayudo a acostarse y la cobijo. Me olvido del asunto. A la mañana siguiente ella se despierta y me pide perdón, se aproxima a mí y se alarma de mi pómulo inflamado - Fui yo verdad?- me pregunta, yo solo le digo que no fue nada y que eso ocurre, es un accidente. Se aproxima a mi y me abraza, luego me besa donde la inflamación es mayor y se aleja un poco , piensa un momento regresa y me besa en la boca. No soportamos esta situación, caemos en la cuenta de que somos seres tan diferentes que queremos complementarnos, nos besamos apasionadamente hasta que nos falto el aire, y pronto mi necesidad de amor fue compensada por su necesidad de contacto físico, nos desnudamos despacio e hicimos el amor en forma lenta, experimentando cada momento, cada movimiento y al final solo nos apartamos para continuar por si solos esta aventura que es el viaje en el que cada quien tiene un destino.