Por Veytor
El hombre nace libre la mujer lo corrompe.
Solo duramos cinco minutos, extraje el condón muy lleno y se lo mostré a contraluz "si ves que te he estado esperando" ella sonrío y cuando fui al baño me pidió le pasase papel, se limpio la entrepierna y me lanzo la estocada - el mes entrante me caso - me mostré frío con la sorpresiva revelación "no importa, será más sabroso el sexo" dije, pero ella cambió la expresión y dijo - nada de eso, ya no lo seguiremos haciendo - Me quedé con esa respuesta, dos semanas después me llamó al celular para averiguar qué hacía, bromeando le dije que me estaba masturbando, ella sería me contesto que quizá le quedaban muy pocos años de vida, no me inquieto su noticia, lo que si dijo era que siempre soñó con casarse y que yo no le concedería ese regalo por mis creencias y modo de vida - siempre he esperado que cambies - dijo y colgó. Dos semanas después vi las fotos de ella en un diario, se veía feliz, no me importó, pero si algo me incomodaba de todo aquello, la soñé ajena, fugitiva, triste. Una noche cuando deje el asunto olvidado me llama y me dice si le puedo conceder un último deseo, nos encontramos en un privado, ella solloza y dice que le ame con toda la intensidad posible, se desnuda para mi y se asiste en una excitación única, la poseo y giro su cuerpo por mi órgano tantas veces como es posible, es la amante perfecta y cuando viene a mi mente que ella es una mujer casada le castigo con fuertes embestidas a las que ella responde con sucesivos gritos y me invita a terminar, no le di mérito, me retiro y eyaculo en el baño y ella esta enfadada- - Tonto eso no se hace - dice todo agitada, pero yo lo sé, ella no se va a morir ni dejaremos de vernos, porque lo nuestro no es de afán ni es definitivo, la aventura es lo que da el motivo para estar o ya no estar juntos.