Por César Vélez
Te conté que quemé todos mis libros y luego no supe a dónde ir?
- No los quemaste todos ¿verdad?
Claro que sí, bueno, dejé unas hojas para acordarme hacia donde me dirigía
- No eran libros ¿verdad?
Me atrapaste, eran mis revistas pornográficas
- No te cansas de tanta malicia, tanta mente retorcida, tanto cuerpo desnudo
Sexo somos y del sexo venimos
- Acaso escuchaste el sermón equivocado?
Yo me gusta escuchar el gemido, producir el orgasmo, pero ante todo ser leal al sexo
- Eso pinta mal, el sexo causa el vicio
Será el vicio de existir
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