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miércoles, 29 de julio de 2015

Oleo

Por Alexis Mendoza

Yo  pinté la vida de duda así es como subsistí los primeros años.

Recuerdo muy bien a la modelo que usaba el Maestro para pintar desnudos, era una señora alta y esbelta, pedía prestado el baño de mi casa para usar el espejo para verse el cuerpo completo... un día le comenté "ese espejo lo conseguí yo" y ella sonrío y me encomendó la misión de conseguirle uno, así de cuerpo completo... vale decir que por más que voltié no halle semejante espejo tan alto... pero para mi suerte el Maestro pintaba tan bien y sacaba a secar los cuadros al patio en el que daba mi ventana, entonces no esperaba más me excitaba y me masturbaba con las imágenes hasta alguna vez en que una paloma me pego tal susto que me hizo rodar por el suelo con el miembro medio erecto y el riesgo de haber sufrido una lesión y de cierta forma fue así, mi mente ya no acepto esas pinturas medio pintadas sino que deseaba ver en persona a la modelo, extraje del baño el espejo, se lo obsequié al Maestro y disfrute con el reflejo de sus formas aprovechando la teoría de la refracción de los cuerpos y la perspectiva... la modelo tenía un lunar en la entrepierna y sus senos eran blancos, pero como a un degenerado como yo nada le basta comencé a mostrar un falso amor hacia el arte y pretendí convencer al Maestro de dejarme aprender la técnica del desnudo... el único arte que dominé fue este de escribir desnudo. 

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