Por Alejandra Erazo MALEV
"Acusarme Padre porque he pecado, me han mandado a hincarme ante un mortal para traer a la vida a otro mortal..."
No tengo nada en contra del sexo oral, ni nada en contra de las perversas formas del placer, lo que me causa desazón es que el hombre cuando su orgasmo llega le incita a una a someterla como en escena de película porno a que beba sus eyaculaciones como si con eso diera por sentada su supremacía, como si el amor le diera la clave de una esclavitud, como si todo fuese un reino del placer y de la cesación del otro como humano y se convirtiese en el objeto.
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