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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Damas de Compañía

Por César Vélez

En la recepción del burdel:

LA SEÑO: Les tengo unas chicas especiales, buenas carnes, buena movida...

CHARLIE: Prefiero una veterana...

CESAR: Yo prefiero una experimentada...

LA SEÑO: Se les obedece el gusto (aplaude y aparecen varias chiquillas)

CESAR: No sé parecen muy ilusas, mejor por esta vez paso (se retira)

CHARLIE: (a la Seño) Le recomiendo cambie el surtido (se va)

La Seño se abalanza detrás de sus clientes y les llama a una sala aparte, les habla despacio y de repente sale y vuelve con dos esculturales y sonrientes señoritas...

CHARLIE: De eso es lo que hablo... majestuosas...

LA SEÑO: Pero a estas no les pueden meter mano porque así las cosas cuesta mucho más...

CESAR: Cuánto...?

LA SEÑO: (Al oído de César) brrrrrrrrr...

CESAR: O sea que tengo que devolverlas intactas sino quiero pagar ese platal...

LA SEÑO: Es la norma

CHARLIE: Y ni un beso, ni pellizco, ni nada...?

LA SEÑO: Solo se permite la cogida de mano o del brazo...es mercancía fina del oriente...

CESAR: Para qué quiero ver sin tocar... 


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