Por César Vélez
En la recepción del burdel:
LA SEÑO: Les tengo unas chicas especiales, buenas carnes, buena movida...
CHARLIE: Prefiero una veterana...
CESAR: Yo prefiero una experimentada...
LA SEÑO: Se les obedece el gusto (aplaude y aparecen varias chiquillas)
CESAR: No sé parecen muy ilusas, mejor por esta vez paso (se retira)
CHARLIE: (a la Seño) Le recomiendo cambie el surtido (se va)
La Seño se abalanza detrás de sus clientes y les llama a una sala aparte, les habla despacio y de repente sale y vuelve con dos esculturales y sonrientes señoritas...
CHARLIE: De eso es lo que hablo... majestuosas...
LA SEÑO: Pero a estas no les pueden meter mano porque así las cosas cuesta mucho más...
CESAR: Cuánto...?
LA SEÑO: (Al oído de César) brrrrrrrrr...
CESAR: O sea que tengo que devolverlas intactas sino quiero pagar ese platal...
LA SEÑO: Es la norma
CHARLIE: Y ni un beso, ni pellizco, ni nada...?
LA SEÑO: Solo se permite la cogida de mano o del brazo...es mercancía fina del oriente...
CESAR: Para qué quiero ver sin tocar...
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