Por Alexis Mendoza
Los ojos se acostumbran a todo.
Impera un orgullo en toda pelea de tener la razón, nadie quiere ceder y a lo mejor todos salen heridos... el derecho de posesión del grito más agudo, de la creencia más cierta, de la vida más plena... Pero todo yace en la obsesión de la perfección, mientras nos damos cuentas de que todo está mal... La escala del odio en afán por salir de la depresión, el dominio sobre el otro a la fuerza a es fracaso y decepción. La violencia que genera más violencia, el silencio que lo calma y la lejanía que lo cura igual que el tiempo. Surte cada pasión su furía... cada deseo su anhelo, cada antojo sus ganas y el fracaso de todo su desvelo...
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