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miércoles, 24 de abril de 2019

Darwin y el mono

Por J. López

Nos crearon el complejo de inferioridad de acuerdo al tamaño del sexo.

Darwin, el señor no el pato, hizo que la Iglesia pusiera el grito en el cielo, y los célibes hijos de Pedro entonces manosearon a los niños y niñas, para comprobar la teoría de la evolución, a cualquiera se le excita el sexo si se lo acarician como se debe, una Enfermera me lo dijo: " A un moribundo lo mandaron al papayo con una descomunal erección" La evolución no se cura ni se detiene con nada, si eres un imbécil lo seguirás siendo y tú debes procurar que tú genética no se segregue ¿ó es que no quieres dañar el molde? ¡egoísta!. Darwin no lo quiso revelar, de buenas yo andaba por allí y vi lo que él vio, al mono copulando con la mona, ¡no sea pendejo no era zoofilia! la mona es la hembra del mono. Y a Darwin le pareció que el humano aprendió a "follar" (como dicen los españoles)  del mono ¿ó será al contrario?, ya no importa, igual a las mujeres nos toca antes de darles por el sexo darles motivos para desearnos: regalos, dinero, favores, etc. Allí mismo yo corrí a despegar a esos dos mono y mona y a comprobar si era cierta tanta coincidencia, la verdad ya para qué me ensucio, la pobre mona estaba acostumbrada a que le llenaran el tanque, ¡qué promiscua!, la selección natural es así, el macho que más eyacule es el que gana ¿Notan el parentesco? - Ay señora, señorita, nena ¿me dirá que acá no se hace así? - le molesta o le da envidia. La evolución señores es incontenible, es como cuando te viene una eyaculación o la orina, el chorrito y la calma. 

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