Por César Vélez
Me tiro y me tira.
Estoy en el trópico donde las mujeres ni sudan, pero yo sudo a montones, abrazo a una linda chica y le doy un beso en la frente, ella se deja, sin embargo hace una mala cara cuando le insinúo que quiero llevarla a una cama, "si estoy loco". Usted preguntará si eso resulta y le digo que sí, una menuda señorita el otro día me dijo con la indiferencia a flor de cuerpo que yo no la merecía, según ella era muy "fea" para mí, no importó igual descubrí que era salvaje. Las mujeres de más de cuarenta años se sienten mal por haber cruzado el cuarto piso, pero quien aproveche el momento encontrará que están en su punto, tienen la energía de una adolescente junto con la experiencia de una trabajadora sexual. Y comprendo la ansiedad de muchos al otorgar la formula de la felicidad, que no es la promiscuidad, es más bien la posibilidad de hace feliz a cualquiera.
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