Por Alexis Mendoza
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Me desperté tarde, el pito de la basura iba a dos cuadras, sin embargo pego la carrera con medio costal de basura, pero no alcanzó el carro y si me ensucio con el costal que estaba húmedo y mal oliente, por la ventana de la casa vecina Brenda la menor de las hermanas se burla de mí... entró a casa rendido esperando el regaño de mamá... No puedo sacarme luego el olor a basura... el hermano de Brenda me dice que ella ya es toda una mujer porque ha sangrado por su v-a-g-i-n-a... Odio a los amigos que compiten por acaparar doncellas... Yo no aspiro a lograr el soñado acople coital antes de la mayoría de edad... ya siento cosquillas... Y para cuando alcanzo el carro de la basura en pijama y chanclas soporto por disimular la erección... Brenda esta allí en la ventana de su casa, frente a ella no disimuló nada, me ve y la veo y luego se va a cantarle a su mamá y a sus hermanas que yo me he metido algo grande entre las piernas para asustarla... las mujeres en definitiva son tontas... pero sabrosas.
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