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miércoles, 5 de junio de 2019

La disco a las doce

Charlie

Yo vivo en un mundo aparte donde nadie me dice cómo vivir, moriré en él.

La maldita bruja cree no nos dimos cuenta de la trampa, había aprovechado que salimos a bailar para aplicar sobre las bebidas su dosis de somníferos, su propósito era robarnos y de seguro tenía cómplices esperando afuera.
Mi amigo esta armado y planeamos hacernos los que caímos en la trampa y todo esta dicho para que la chica vaya patitas en polvorosa a llamar a sus cómplices que actúan como si nos sacarán por borrachos, una vez afuera paran un taxi, la chica se suba adelante y uno de los tipos atrás, el otro tipo se queda, una vez dentro del vehículo comienzan a revisarnos los bolsillos, pero para cuando se dan cuenta un revólver le apunta a la cabeza, la chica chilla y el taxista no sabe qué hacer. Mi amigo le ordena al taxista parar en medio de un paraje solitario, y ordena a todos bajar del vehículo. Mi amigo requisa al tipo, yo le quito la cartera a la chica y el taxista nos mira pálido - tranquilo hombre que no es con usted la cosa - le dice mi amigo mientras le indica una seña de que es agente de la autoridad.  La chica no deja de chillar y ya he revisado su bolso y resulta que ella y el tipo son esposos, familia que atraca unida permanece unida es el lema, yo no puedo creer el entuerto en qué nos estábamos metiendo, mi amigo dice que por su culpa nos perdimos el show de media noche y para compensarlo les ordenamos como esposos que son bailen, y el taxista coloca música y la pareja baila siempre pendiente de donde pone el arma mi amigo, la música se pone muy movida y ellos ensayan pasos e inclusive la chica hace pasos sensuales, mi amigo le quita algo de las manos y descubre que es éxtasis, una droga ilícita, la chica esta desinhibida, se suelta a su pareja, le excita, le provoca y es cuando se comienza una danza semi erótica que el tipo atiende casi como obligado, la chica esta ya desnuda y el tipo con cara de desánimo se niega a participar, mi amigo le ordena que haga lo que ella quiere, es típico de los casados después de algún tiempo odiarse. La pareja hace el amor y ella es quien le pone empeño, el hombre si apenas resopla como ahogado en su propio orgullo, al final apenas se despega se levanta los pantalones y dice con furia -ya no quiero ser el payaso de esta parafernalia - se marcha, mientras su esposa con las ropas en las manos lo sigue, nos vemos entre nosotros e inclusive el taxista explota en risas. Volvemos a la discoteca para alcanzar a ver el show de media noche y también ubicar al tipo que se ha quedado, en efecto el tipo es un pervertido que tiene ya casi embriagada a una chiquilla que al parecer es menor de edad, mi amigo se encarga mientras yo disfruto de lo que resta de la noche.      

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