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miércoles, 12 de junio de 2019

La sexy cienta

CHARLIE

A los bebes no los trae la cigüeña, ni nacen de un repollo, ¿quieres saber cómo se hacen? ven y sígueme...

Siempre he tenido miedo a viajar en avión, pero ese día mis nervios estaban excedidos, solo que el hecho que la auxiliar de vuelo fuera una flaca y pálida chica lo más parecido a una modelo de Victoria Secret´s  apenas me lleno de la valentía para ocupar mi puesto y quedar inmóvil, sin embargo cuando el avión despego sentí que algo rodaba por el piso del avión y fue a parar a mi pie, mi mente imaginaba se trataba de un elemento explosivo o lo peor algún mecanismo del avión que se había desprendido, no fui capaz de incorporarme a ver. Lo olvidé por unos minutos mientras el avión ganaba altura y se estabilizaba. Sufrí también al aterrizaje, y solo respire en calma cuando el avión después de hacer su carrera por fin se detuvo intacto, me paré como un resorte dispuesto a salir y entonces recordé el objeto junto a mi zapato, se trataba de un tipo de termo, inmediatamente lo levante sugiriendo a grandes voces si a alguien se le había caído tal objeto pero la gente se apuraba en salir, aproveche la auxiliar de vuelo estaba en la puerta para comentarle que alguien había perdido tal objeto, aproveche para examinar a la chica y de cerca me pareció solo un maniquí con maquillaje, es más su carácter recio solo tuvo un consejo para mí - Llévelo a servicio al pasajero - No dije nada, y seguí hacia el área de desembarque y voy indicando el objeto a muchas personas que descartan ser los dueños,. En servicio al pasajero hay otra linda chica muy bien decorada con una minifalda y una camisa blanca que revela un escote monumental, nadie le mira a los ojos, se llama Beky según su plaquita que le adorna el uniforme, a Beky le explico mi situación y trato de ser formal terminando mi historia con una sonrisa, ella no puede solucionar nada, se afana mejor a llamar a un guardia del aeropuerto y a mi me suena que si encuentran algo indebido en el termo puede que me culpen, por eso antes que asista el guardia desaparezco, salgo y tomo un taxi con destino al centro de la ciudad, mientras examino bien el recipiente y me entero no se trata de un termo sino de un extraño contenedor que se abre y revela collares, anillos y alhajas adornadas con diamantes que no dejan de brillar, hasta el taxista volteo a ver por el brillo acontecido. En mi mente se dibuja que si la auxiliar de vuelo hubiese visto eso quizá diría que si le pertenece, así como la tal Beky o quizá hasta el guardia de seguridad. Esas joyas valen millones. En mi mente se dibuja la circunstancia de que quizá el objeto perteneció a otros pasajeros que usaron el mismo avión. Desconfío y hago parar el taxi en un hotel pero me hospedo en otro por si acaso. En la habitación vacío el recipiente en la cama y según mis cálculos con lo que valen esas joyas se puede comprar ese hotel dos veces. De repente mi móvil suena y al otro lado de la línea una voz femenina se identifica como Beky del Servicio al cliente del Aeropuerto, me dice que la dueña del recipiente apareció y me exige anotar una dirección y por último hace énfasis en que me espera una recompensa por devolver el objeto perdido. Estoy triste que las cosas ocurran de esa forma, había ya en mi cabeza planeado tantas cosas, pero quizá mis amigos tengan razón lo correcto hay que hacerlo aprisa. Abordo un taxi y le indico la dirección, poco a poco descubro que las señas me llevan a el área de joyerías y lugares de lujo, me culpo por no haber hecho tiempo para cambiarme, pero la dirección coincide con una vivienda, comienzan mis nervios a hervir, pienso en remarcar y llamar a Beky para confirmar la dirección, reviso la casa y de repente la puerta se abre, hay una anciana que me llama y asisto y me identifico como quien trae el objeto perdido, lo indico, ella me invita a pasar. Ya adentro descubro que es una casa museo repleta de brillo de joyas y artilugios que ni yo puedo conceptuar para qué sirvieron en su época, la anciana me dirige hasta una sala donde me ordena sentarme y esperar, la mujer se va y llama a alguien, se presenta entonces una joven que no más de hacer presencia desborda una energía extraña, no es tan bonita, pero tiene unas facciones que expresan sin palabras lo que sienten, me saluda y sin más le ofrezco el objeto que contiene las joyas, la anciana al oído le exige revise el contenido, la chica mueve la cabeza en forma negativa y solo se digna a extender en su mano un sobre, tampoco reviso el sobre porque adivino que es dinero, hago una reverencia, me levanto y me despido, la anciana se adelanta para indicarme la salida y atrás queda la chica que me despide con un "gracias" que suena a mis oídos celestial. Olvido revisar el sobre, tengo un cierto fetiche con ese sobre, y es que ya en la noche cuando llego al hotel lo tomó por las esquinas y me lo llevo a mi nariz y puedo detectar un aroma dulce, el aroma de las manitas de la chica, ese olor me provoca éxtasis y sin duda mi instinto de hombre no soporta, voy al baño a orinar pero en lugar de orina mi miembro arroja líquidos blancos y no deja de palpitar, si eso lo causo esa fragancia no sé lo que haría al tener a esa chica en frente, ya más calmado abro el sobre y me sorprende ver que no se trata de dinero, son dos tiquetes de entrada a la casa museo, tienen la exclusividad VIP para entrar cuántas veces se precise por la eternidad. No sé qué pensar en el momento, para mí no es de interés ver joyas y antigüedades solo me interesa volver a ver a esa chica... lo que sigue lo contaré quizá en otra oportunidad...          

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